A medida que el 2024 avanza, la economía global se enfrenta a un enigma: ¿la inflación realmente se está desacelerando o simplemente estamos viendo un cambio en su forma?
Con el destino de la política monetaria en juego y la estabilidad económica global pendiendo de un hilo, es crucial entender las verdaderas fuerzas detrás de los números.
¿Estamos frente a una aparente calma antes de una nueva tormenta inflacionaria?
Un panorama de incertidumbre
A medida que nos adentramos en 2024, la inflación sigue siendo uno de los temas más debatidos en la economía global. Los informes recientes de instituciones clave como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y el Banco Central Europeo (BCE) sugieren que la inflación podría estar moderándose. Sin embargo, no todos los indicadores apuntan en la misma dirección.
En este análisis crítico, exploraremos estas diferentes perspectivas sobre la inflación, basándonos en los informes mencionados. Pondremos en evidencia las contradicciones y los riesgos que persisten a nivel global para ofrecer una visión integral y matizada de lo que podría deparar el futuro económico.
Perspectivas de la inflación: datos que sugieren una moderación
De acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), la inflación global está en camino de descender en 2024. Se prevé que las tasas de inflación bajen desde un promedio del 6.8% en 2023 a un 5.9% en 2024, con una mayor estabilización esperada para 2025.
Esta proyección se basa en la idea de que los precios de los bienes están disminuyendo debido a la normalización de las cadenas de suministro y la estabilización de los precios de las materias primas.
El informe del Banco Mundial refuerza esta visión, señalando que el enfriamiento de la demanda en las economías avanzadas, junto con las políticas monetarias restrictivas, está comenzando a mostrar resultados en la reducción de las presiones inflacionarias.
Contraste: ¿una moderación uniforme o una inflación en transformación?
A pesar del optimismo moderado, otras fuentes sugieren que la inflación, especialmente en el sector servicios, podría ser más resistente de lo esperado.
Según S&P Global, los datos de los PMI indican una desaceleración en la actividad económica, pero con una persistencia en los precios de los servicios debido a la rigidez en los costos laborales y la demanda constante.
El Council on Foreign Relations (CFR) también destaca que, aunque los precios de los bienes han caído, la inflación de los servicios sigue siendo «pegajosa». Esto es particularmente problemático en sectores como la hostelería y la atención médica, donde la presión sobre los salarios sigue siendo alta, lo que podría mantener la inflación en niveles incómodos por más tiempo.
Los gráficos siguientes refuerzan esta visión, mostrando cómo el crecimiento económico global, medido por el PMI, está perdiendo impulso, y cómo la inflación de los servicios sigue siendo considerablemente alta en comparación con los bienes. Esto sugiere que, aunque la inflación general podría estar moderándose, la «pegajosidad» en los precios de los servicios representa un desafío continuo.
Por otro lado, Euromonitor International advierte que el riesgo de «renovadas presiones inflacionarias» es real, especialmente si las tensiones geopolíticas continúan afectando los mercados de energía y alimentos, sectores altamente sensibles y volátiles.
Implicaciones para la política monetaria: ¿un error de cálculo?
Las diferencias en las proyecciones de inflación tienen profundas implicaciones para la política monetaria global.
Si los bancos centrales subestiman la persistencia de la inflación en los servicios, podrían relajar las tasas de interés demasiado pronto, reavivando las presiones inflacionarias. Esto es especialmente crítico para el Banco Central Europeo (BCE) y la Reserva Federal de EE.UU., cuyas políticas influyen fuertemente en las economías emergentes y en los mercados globales.
El Banco de Pagos Internacionales (BPI) ha advertido que la inflación podría ser más difícil de domar en un entorno de alto endeudamiento global, lo que complica la implementación de políticas monetarias restrictivas sin desencadenar una recesión.
Conclusión: 2024, un Año Decisivo para la Inflación
La inflación en 2024 será un desafío persistente, especialmente en el sector servicios. Aunque algunos precios están moderándose, la inflación general no desaparecerá tan fácilmente. De hecho, es probable que la inflación se mantenga elevada durante todo el año, particularmente en sectores clave como la hostelería y la atención médica, donde los salarios continúan ejerciendo presión.
Es crucial considerar las previsiones específicas de inflación en las principales economías:
- España: De acuerdo con un informe de la Comisión Europea, se espera que la inflación en España se modere hacia un 3.5% en 2024, aunque persisten riesgos debido a la volatilidad en los precios de la energía.
- Estados Unidos: La Reserva Federal prevé que la inflación en EE.UU. se estabilice en torno al 4% para finales de 2024, aunque los costos en servicios podrían mantenerla por encima de la meta del 2%.
- Europa: El Banco Central Europeo (BCE) anticipa que la inflación en la zona euro podría mantenerse cerca del 5% en 2024, con una desaceleración gradual hacia 2025. No obstante, la inflación en los servicios sigue siendo una preocupación.
En definitiva, el escenario más probable para 2024 es un entorno inflacionario persistente. Los bancos centrales deberán ser agresivos en su enfoque, y los inversores deberán prepararse para un año de alta volatilidad. Por lo tanto, la toma de decisiones de inversión estratégicas será crucial.
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