¿Qué es la deuda externa y cómo afecta a un país?

Un mapa con gráfica de deuda externa de los paises

La deuda externa es un tema clave en la economía global que afecta tanto a países desarrollados como en desarrollo. Se trata de los préstamos que un país recibe de entidades extranjeras, como gobiernos, bancos y organismos internacionales, para financiar proyectos o cubrir déficit. Sin embargo, aunque puede ser una herramienta útil para impulsar el crecimiento económico, su mala gestión puede llevar a una carga financiera insostenible, afectando a las políticas públicas y al bienestar de la población. En este artículo, exploraremos qué es la deuda externa, cómo funciona y cuáles son sus impactos en la estabilidad económica de un país.

¿Qué es la Deuda Externa?

La deuda externa es un término fundamental en las finanzas internacionales y tiene una gran influencia en la estabilidad económica de un país. Comprender qué es la deuda externa y cómo afecta al desarrollo económico es clave para analizar las dinámicas de la economía global.

Definición de Deuda Externa

La deuda externa se refiere al conjunto de préstamos y obligaciones financieras que un país tiene con acreedores extranjeros, ya sean gobiernos, bancos o instituciones financieras internacionales. Estos préstamos suelen solicitarse para financiar proyectos de desarrollo, cubrir déficits presupuestarios o hacer frente a crisis económicas. En general, se considera deuda externa cuando el préstamo está denominado en una moneda extranjera.

Un ejemplo claro de deuda externa es cuando países en desarrollo recurren a préstamos del Banco Mundial o del Fondo Monetario Internacional (FMI) para financiar infraestructuras o mejorar sus servicios sociales.

Diferencia entre deuda externa y deuda interna

Es esencial diferenciar entre la deuda externa y la deuda interna. La deuda interna es aquella que un país contrae dentro de sus fronteras, en su propia moneda y con entidades financieras nacionales. Mientras que la deuda interna suele ser más manejable, ya que se paga en la moneda local, la deuda externa implica un mayor riesgo, puesto que su reembolso depende de la fluctuación de las divisas internacionales y las condiciones del mercado global.

Por ejemplo, si un país acumula una elevada deuda externa en dólares estadounidenses y su moneda se devalúa, el coste de pagar esa deuda aumentaría considerablemente, afectando su economía.

¿Cómo Funciona la Deuda Externa?

El funcionamiento de la deuda externa implica una serie de actores y mecanismos que interactúan a nivel internacional. Estos actores, desde gobiernos extranjeros hasta organismos financieros internacionales, juegan un papel clave en la estructura y el impacto de esta deuda sobre la economía de un país.

Una persona pagando su deuda a otra persona

Actores que Participan

La deuda externa involucra a varios actores, tanto nacionales como internacionales, que se encargan de gestionar y otorgar los préstamos necesarios para cubrir las necesidades económicas de un país. Entre los principales actores se encuentran:

  • Gobiernos extranjeros, que conceden préstamos bilaterales a otros países con el objetivo de mejorar sus relaciones diplomáticas y comerciales.
  • Organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, que proporcionan préstamos a países en desarrollo bajo condiciones específicas.
  • Inversores privados y fondos de inversión que compran bonos emitidos por gobiernos extranjeros, buscando una rentabilidad a través de los intereses generados.

Cada uno de estos actores desempeña un papel importante a la hora de determinar las condiciones de los préstamos y las políticas económicas que un país debe seguir para asegurar el reembolso de su deuda externa.

Organismos internacionales y su rol

Los organismos internacionales como el FMI y el Banco Mundial tienen una influencia considerable en la deuda externa de los países, especialmente en aquellos en vías de desarrollo. Estos organismos proporcionan préstamos a largo plazo con el objetivo de promover la estabilidad económica y financiera de los países deudores.

El FMI, por ejemplo, interviene en situaciones de crisis económicas ofreciendo programas de ajuste estructural que requieren que los países implementen reformas económicas a cambio de financiamiento. Estas reformas suelen incluir medidas de austeridad, ajustes fiscales y políticas que favorezcan la apertura de mercados.

Por su parte, el Banco Mundial se centra en financiar proyectos de desarrollo, como infraestructuras, educación y salud, que ayuden a los países a mejorar su economía a largo plazo. Aunque estos préstamos ofrecen ventajas como bajos intereses, también imponen condiciones estrictas que pueden afectar la autonomía económica de los países beneficiarios.

Mecanismos de financiación externa

Los mecanismos de financiación externa son las diferentes formas en las que los países acceden a préstamos internacionales. Estos mecanismos pueden variar en función de los acuerdos bilaterales o multilaterales que se establezcan entre los países deudores y los acreedores. Las formas más comunes de financiación externa incluyen:

  • Emisión de bonos soberanos, donde los gobiernos emiten bonos en los mercados internacionales que son comprados por inversores institucionales.
  • Préstamos directos de organismos internacionales, que ofrecen condiciones más flexibles pero requieren ajustes económicos.
  • Créditos bilaterales entre gobiernos, que se otorgan principalmente por razones geopolíticas o de cooperación internacional.

Estos mecanismos permiten a los países financiar sus proyectos o cubrir déficits, pero también generan compromisos financieros que deben gestionarse cuidadosamente para evitar problemas de endeudamiento excesivo.

Préstamos de organismos internacionales vs. préstamos de gobiernos extranjeros

Existen diferencias notables entre los préstamos otorgados por organismos internacionales y los préstamos concedidos por gobiernos extranjeros. Los préstamos internacionales ofrecidos por instituciones como el Banco Mundial y el FMI suelen estar destinados a proyectos de desarrollo o estabilización económica. Estos préstamos incluyen tasas de interés relativamente bajas y plazos de pago más amplios, pero también imponen condiciones estrictas sobre cómo se debe utilizar el dinero.

En cambio, los préstamos bilaterales entre gobiernos extranjeros suelen estar motivados por intereses geopolíticos o comerciales. Estos préstamos pueden tener condiciones más favorables en cuanto a términos financieros, pero a menudo implican compromisos diplomáticos o concesiones comerciales que pueden afectar la política interna del país receptor.

En ambos casos, los países deben equilibrar sus necesidades inmediatas de financiación con las consecuencias a largo plazo de asumir deuda externa.

Causas de la Deuda Externa

La deuda externa no surge de manera espontánea; existen diversas causas que la generan y la incrementan con el tiempo. Estas causas pueden ser tanto de origen económico como político, y su combinación suele determinar el grado de endeudamiento que experimenta un país.

Factores económicos que llevan a la deuda externa

Uno de los principales factores que llevan a un país a endeudarse externamente son los desequilibrios económicos internos. Países con déficits comerciales o con una alta dependencia de las importaciones tienden a recurrir a préstamos externos para cubrir estos huecos financieros. Además, la falta de divisas para financiar la compra de productos y servicios internacionales obliga a los gobiernos a solicitar créditos en moneda extranjera.

Otro factor económico que contribuye a la deuda externa es la falta de inversión interna. Cuando un país no cuenta con los recursos suficientes para financiar sus propios proyectos de desarrollo, como infraestructuras, salud o educación, recurre a la financiación externa. Este escenario es común en economías en vías de desarrollo que necesitan recursos adicionales para estimular su crecimiento económico.

Déficit fiscal y su relación con la deuda externa

El déficit fiscal es una de las principales causas de la acumulación de deuda externa. Un déficit fiscal ocurre cuando los ingresos del gobierno no son suficientes para cubrir sus gastos, lo que obliga al país a financiar ese déficit mediante préstamos. Si los recursos internos no son suficientes, los gobiernos recurren a la financiación externa a través de préstamos de organismos internacionales o la emisión de bonos en los mercados internacionales.

El déficit fiscal y la deuda externa están estrechamente relacionados. Un déficit persistente, si no se controla, puede generar un ciclo de endeudamiento continuo, ya que los intereses de la deuda acumulada aumentan y es necesario pedir más préstamos para cubrirlos. Este tipo de endeudamiento puede poner en riesgo la estabilidad económica de un país a largo plazo.

Factores políticos que influyen en la deuda externa

Los factores políticos también juegan un papel importante en el aumento de la deuda externa. Gobiernos que implementan políticas económicas ineficaces o mal gestionadas, como subsidios desproporcionados o gastos militares excesivos, pueden verse obligados a recurrir a préstamos internacionales para cubrir el déficit resultante.

Además, los cambios políticos drásticos, como transiciones de gobiernos democráticos a regímenes autoritarios, a menudo generan inestabilidad económica que afecta la capacidad del país para financiarse internamente. Esto hace que los gobiernos busquen recursos fuera de sus fronteras para mantener la estabilidad política y económica.

Un ejemplo de cómo los factores políticos influyen en la deuda externa puede verse en los países que han experimentado crisis políticas o conflictos prolongados. En estos casos, la confianza de los inversores disminuye, lo que provoca una salida de capitales y obliga al país a financiarse externamente en condiciones poco favorables.

Impactos de la Deuda Externa en la Economía

La deuda externa tiene un impacto profundo en la economía de un país, afectando tanto su crecimiento como la calidad de vida de sus ciudadanos. Estos impactos pueden ser positivos, como el impulso a proyectos de desarrollo, o negativos, si la deuda se convierte en una carga excesiva para las finanzas públicas.

Efectos de la deuda externa en el crecimiento económico

La deuda externa puede actuar como un motor de crecimiento económico cuando se utiliza de manera efectiva para financiar infraestructuras, educación, o salud pública, sectores clave que promueven el desarrollo a largo plazo. Sin embargo, si los préstamos no se gestionan adecuadamente, pueden generar una carga económica difícil de sostener.

Uno de los principales efectos negativos de la deuda externa es que, a medida que los gobiernos dedican una parte significativa de sus ingresos fiscales al pago de la deuda y sus intereses, se reduce el presupuesto disponible para invertir en proyectos de crecimiento. Este efecto de «crowding out» puede obstaculizar el desarrollo, especialmente en países en vías de desarrollo que dependen en gran medida de financiamiento externo.

Por otro lado, un elevado nivel de endeudamiento externo puede aumentar el riesgo de crisis económicas, ya que los inversores pueden perder la confianza en la capacidad del país para cumplir con sus obligaciones, lo que genera incertidumbre en los mercados y encarece aún más la financiación externa.

Relación entre deuda externa y el Producto Interno Bruto (PIB)

La relación entre la deuda externa y el Producto Interno Bruto (PIB) es uno de los indicadores más utilizados para evaluar la sostenibilidad de la deuda de un país. Un nivel de deuda externa moderado en relación con el PIB puede ser manejable, ya que los ingresos del país son suficientes para cubrir el servicio de la deuda. Sin embargo, cuando el porcentaje de deuda externa sobre el PIB supera ciertos límites, la capacidad de pago del país se ve comprometida.

Por ejemplo, si el ratio deuda/PIB de un país es superior al 60%, se considera que el país está en una situación de alto riesgo, ya que una gran parte de los ingresos generados por su economía debe destinarse al pago de la deuda, dejando poco margen para otras inversiones o políticas públicas. Esto puede llevar a medidas de austeridad que afectan negativamente el bienestar de la población.

Consecuencias sociales de la deuda externa

Las consecuencias sociales de la deuda externa son profundas y se manifiestan en la reducción de la capacidad del gobierno para invertir en servicios públicos esenciales. Cuando los gobiernos deben asignar una parte considerable de su presupuesto al pago de intereses y al reembolso de la deuda, se ven obligados a reducir el gasto en sanidad, educación, y programas sociales, lo que deteriora la calidad de vida de la población.

Además, los países que acumulan altos niveles de deuda externa suelen verse forzados a implementar políticas de austeridad recomendadas por organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI), que generalmente incluyen recortes en el gasto público. Estos recortes tienen un impacto directo en las clases más vulnerables, aumentando las desigualdades sociales y generando malestar entre la población.

La deuda externa también puede desencadenar movimientos migratorios, ya que la falta de oportunidades laborales y la precariedad económica llevan a muchas personas a buscar mejores condiciones de vida en otros países.

Deuda Externa y su Relación con la Política Fiscal

La deuda externa está estrechamente vinculada con la política fiscal de un país. La forma en que un gobierno gestiona sus ingresos y gastos influye directamente en la capacidad de hacer frente a sus obligaciones externas. Una política fiscal bien diseñada puede ayudar a reducir la dependencia de la deuda externa, mientras que una mala gestión fiscal puede llevar a un aumento insostenible del endeudamiento.

Papel de la política fiscal en la gestión

La política fiscal desempeña un papel fundamental en la gestión de la deuda externa. Los gobiernos, a través de sus decisiones sobre impuestos y gasto público, determinan su capacidad para generar ingresos suficientes y cubrir sus obligaciones financieras, incluidas las derivadas de los préstamos internacionales. Una política fiscal responsable puede minimizar el riesgo de recurrir excesivamente a la financiación externa y, al mismo tiempo, garantizar la estabilidad económica.

Una de las principales estrategias fiscales para gestionar la deuda externa es aumentar la recaudación fiscal. Países que cuentan con sistemas tributarios eficientes y bien administrados tienden a depender menos de la deuda externa, ya que generan suficientes ingresos internos para financiar sus proyectos de desarrollo y cubrir sus déficits presupuestarios. En cambio, aquellos países con déficits fiscales crónicos se ven obligados a recurrir a préstamos internacionales, lo que puede aumentar el nivel de endeudamiento.

La reducción del gasto público innecesario también es clave para evitar la acumulación de deuda externa. Gobiernos que implementan políticas fiscales de austeridad, controlando el gasto en áreas no prioritarias, pueden destinar una mayor proporción de sus ingresos a pagar la deuda, reduciendo así el riesgo de crisis de deuda.

Medidas para reducir

Existen diversas medidas que los gobiernos pueden adoptar para reducir la deuda externa de manera efectiva y sostenible. Entre las más destacadas se encuentran las siguientes:

  • Reformas fiscales estructurales: La implementación de reformas tributarias que aumenten la base impositiva y reduzcan la evasión fiscal es fundamental para mejorar los ingresos del Estado. Un sistema fiscal más eficiente permite a los gobiernos depender menos de los préstamos externos.
  • Reducción del gasto público: Como mencionamos anteriormente, un control más riguroso del gasto público es esencial para liberar recursos que se pueden utilizar para el pago de la deuda. Reducir subsidios ineficientes, controlar el gasto en proyectos de baja rentabilidad y mejorar la eficiencia del gasto público son algunas de las medidas que pueden tomarse.
  • Renegociación de la deuda externa: Los gobiernos pueden optar por renegociar su deuda externa con los acreedores, buscando plazos más largos para los pagos o reducciones en las tasas de interés. Esta medida puede proporcionar alivio financiero a corto plazo y permitir al país reorganizar su economía sin incurrir en más deuda.
  • Diversificación económica: Fomentar la diversificación de la economía es clave para aumentar los ingresos y reducir la dependencia de sectores volátiles o de la financiación externa. Una economía diversificada es más resiliente ante crisis globales, lo que ayuda a reducir la necesidad de recurrir a préstamos internacionales.

Cada una de estas medidas debe ser implementada de manera coordinada dentro de una estrategia fiscal sólida que equilibre los ingresos y gastos del gobierno, con el fin de reducir la vulnerabilidad económica y mejorar la sostenibilidad de la deuda externa.

Ejemplos de Países con Alta Deuda Externa

La deuda externa es una realidad para muchos países, especialmente en América Latina, donde algunas naciones enfrentan niveles de endeudamiento elevados que impactan directamente en su estabilidad económica. A continuación, analizamos algunos casos recientes de países con alta deuda externa y cómo esta situación afecta su economía.

Casos recientes de deuda externa elevada

Algunos países de América Latina tienen una deuda externa significativa que ha crecido en los últimos años debido a diversos factores, como la crisis económica global, políticas fiscales ineficaces y la dependencia de préstamos internacionales. A continuación, presentamos una tabla con algunos de los países más endeudados de la región:

País latinoamericanoDeuda externa (en millones de dólares estadounidenses)
Argentina393.900 mm US$
Bolivia15.964 mm US$
Brasil606.484 mm US$
Chile114.960 mm US$
Colombia171.993 mm US$
Ecuador58.259 mm US$
El Salvador20.171 mm US$
Guatemala26.964 mm US$
Haití2.604 mm US$
Honduras11.850 mm US$
México605.699 mm US$
Nicaragua14.354 mm US$
Panamá37.166 mm US$
Paraguay14.642 mm US$
Perú82.137 mm US$
Puerto Rico34 mm US$
República Dominicana43.711 mm US$
Uruguay32.603 mm US$
Venezuela162.000 mm US$
Actualizado en Agosto 2024

Impacto de la deuda externa en la estabilidad económica de estos países

El impacto de la deuda externa en la estabilidad económica de los países con altos niveles de endeudamiento es significativo. En muchos casos, la necesidad de pagar los intereses y amortizaciones de la deuda limita la capacidad de los gobiernos para invertir en áreas esenciales como infraestructuras, educación y salud pública. Esto crea un ciclo en el que los países se ven obligados a solicitar más préstamos para cubrir sus obligaciones previas, aumentando aún más su deuda externa.

Ejemplos:

Por ejemplo, países como Argentina y Brasil tienen una deuda externa considerable que limita su capacidad para crecer económicamente. En el caso de Argentina, el país ha tenido que recurrir en varias ocasiones al Fondo Monetario Internacional (FMI) para reestructurar su deuda, lo que ha resultado en la implementación de políticas de austeridad que han generado descontento social. La carga de los pagos de la deuda afecta la capacidad del gobierno para realizar inversiones a largo plazo, debilitando su economía y aumentando el riesgo de crisis recurrentes.

Otro caso es Venezuela, que enfrenta una crisis económica severa debido a una combinación de mala gestión de los recursos, dependencia del petróleo y una deuda externa creciente. La situación económica del país ha provocado una hiperinflación y una caída dramática en los servicios públicos, lo que ha empeorado las condiciones de vida de su población.

En el caso de México, la deuda externa ha crecido considerablemente, aunque el país ha logrado mantener una estabilidad macroeconómica relativamente sólida en comparación con otras naciones de la región. Sin embargo, el alto nivel de endeudamiento sigue siendo un desafío importante para el gobierno, especialmente en contextos de incertidumbre económica global.

La deuda externa también tiene un impacto en la percepción de los inversores internacionales. Los países con altos niveles de endeudamiento suelen ver una disminución en su calificación crediticia, lo que aumenta el coste de los futuros préstamos y puede limitar su acceso a los mercados financieros internacionales. Esto agrava el problema, ya que un mayor riesgo crediticio se traduce en tasas de interés más altas y condiciones de financiación más estrictas.

Soluciones para Manejar la Deuda Externa

La deuda externa puede volverse insostenible si no se toman medidas para gestionarla de manera eficaz. Diversos países han implementado estrategias para reducir su carga de deuda externa y garantizar su estabilidad económica a largo plazo. A continuación, exploramos algunas de las principales soluciones disponibles.

Estrategias de reestructuración

La reestructuración de la deuda externa es una de las estrategias más comunes para aliviar la carga financiera de un país altamente endeudado. Consiste en renegociar los términos originales de los préstamos con los acreedores para conseguir condiciones más favorables, como extender los plazos de pago, reducir los tipos de interés o incluso condonar parte de la deuda.

Un ejemplo de reestructuración efectiva puede observarse en el caso de Grecia, que, tras la crisis financiera de 2008, negoció varios paquetes de rescate con sus acreedores internacionales. Esto permitió al país ganar tiempo para implementar reformas económicas necesarias y estabilizar su economía. Sin embargo, la reestructuración de la deuda también puede tener consecuencias, como la implementación de políticas de austeridad impuestas por los acreedores, lo que puede generar tensiones sociales y políticas.

Acuerdos de refinanciamiento con organismos internacionales

Una forma alternativa de gestionar la deuda externa es a través de acuerdos de refinanciamiento con organismos internacionales como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional (FMI). Estos acuerdos permiten a los países refinanciar su deuda existente obteniendo nuevos préstamos para pagar los anteriores, pero bajo condiciones más favorables, como tipos de interés más bajos o plazos de amortización más amplios.

El refinanciamiento es especialmente útil para países que se encuentran en una situación de crisis de deuda y no pueden hacer frente a los pagos de su deuda en las condiciones actuales. Estos acuerdos suelen ir acompañados de la implementación de reformas estructurales recomendadas por los organismos internacionales, destinadas a mejorar la salud fiscal y económica del país. No obstante, la dependencia de estas instituciones también puede limitar la autonomía económica del país receptor.

El rol del Fondo Monetario Internacional (FMI) en la reducción de deuda externa

El Fondo Monetario Internacional (FMI) juega un papel clave en la reducción de la deuda externa de muchos países en desarrollo y economías emergentes. El FMI proporciona asistencia financiera a los países que enfrentan dificultades para pagar su deuda externa, ofreciendo líneas de crédito y programas de asistencia financiera bajo condiciones estrictas.

Uno de los mecanismos más utilizados por el FMI es el Programa de Ajuste Estructural, que implica la adopción de medidas como la reducción del gasto público, la reforma del sistema tributario y la liberalización de mercados. Estas medidas están diseñadas para reducir el déficit fiscal y mejorar la capacidad del país para cumplir con sus obligaciones de deuda a largo plazo.

Un ejemplo reciente del papel del FMI en la gestión de la deuda externa es el caso de Argentina, que ha recibido varios paquetes de asistencia financiera del FMI en los últimos años. Aunque estas ayudas han permitido al país refinanciar su deuda, también han venido acompañadas de estrictas condiciones que han generado un amplio debate sobre el impacto social de las políticas de austeridad.

El FMI también promueve la transparencia y el seguimiento de la deuda, ayudando a los países a implementar mejores prácticas en la gestión de sus finanzas públicas para evitar caer en situaciones de endeudamiento insostenible.

Perspectivas a futuro para los países con deuda externa elevada

Los países con deuda externa elevada enfrentan grandes desafíos a la hora de mantener su estabilidad económica. Sin embargo, también existen oportunidades para gestionar y reducir la deuda a largo plazo si implementan políticas adecuadas y aprovechan el entorno global favorable. Las perspectivas a futuro dependerán de factores clave como el crecimiento económico, la estabilidad política y el acceso a financiamiento externo.

Crecimiento económico como herramienta para reducir la deuda

Una de las soluciones más sostenibles para los países con altos niveles de deuda externa es fomentar un crecimiento económico sólido y continuo. El crecimiento del PIB permite aumentar los ingresos fiscales, lo que a su vez facilita el pago de la deuda sin necesidad de recurrir a nuevos préstamos. Países que implementen políticas de desarrollo que incentiven la inversión extranjera, mejoren la infraestructura y promuevan la diversificación económica, estarán mejor posicionados para reducir su deuda a largo plazo.

El crecimiento económico sostenido puede también generar confianza en los mercados internacionales, lo que se traduce en mejores condiciones de financiamiento para los países endeudados. Esto les permitiría renegociar su deuda con tipos de interés más bajos o plazos más flexibles, reduciendo así su carga financiera.

Reforma de las políticas fiscales y reducción del gasto público

Para mejorar las perspectivas a futuro, los países con deuda externa elevada deben implementar reformas fiscales que optimicen la recaudación de ingresos y gestionen de manera más eficiente el gasto público. La lucha contra la evasión fiscal, el fortalecimiento de los sistemas tributarios y la reducción de gastos innecesarios son pasos clave para garantizar que los ingresos generados se utilicen de manera efectiva para pagar la deuda.

Asimismo, los gobiernos deben ser prudentes a la hora de contraer nuevos préstamos. La clave estará en priorizar la financiación de proyectos que generen beneficios a largo plazo para la economía, en lugar de aumentar la deuda para cubrir gastos de carácter inmediato y poco productivo.

El papel de los organismos internacionales en la estabilidad futura

El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial seguirán desempeñando un papel crucial en la gestión de la deuda de los países en desarrollo. Estos organismos no solo proporcionan asistencia financiera, sino que también ofrecen asesoramiento para implementar políticas económicas sostenibles y transparentes. A través de programas de reestructuración de deuda y ajustes fiscales, los países pueden mejorar su credibilidad internacional y acceder a mejores condiciones en los mercados financieros globales.

Además, los programas de alivio de la deuda liderados por instituciones internacionales ofrecen una oportunidad para que los países más endeudados puedan renegociar sus obligaciones financieras. Estos programas permiten ampliar los plazos de pago o reducir los intereses, aliviando así la presión sobre los presupuestos nacionales.

Riesgos y desafíos para los próximos años

Aunque las estrategias para reducir la deuda ofrecen oportunidades, los países con deuda externa elevada también enfrentan importantes riesgos. Factores como la inestabilidad política, la volatilidad en los mercados financieros internacionales y el impacto de crisis globales (como la pandemia de COVID-19) pueden complicar los esfuerzos por estabilizar la economía y reducir la deuda.

Además, el aumento de los tipos de interés a nivel global, impulsado por la inflación, incrementa el coste del servicio de la deuda, lo que puede dificultar aún más los esfuerzos de los países por mantener su deuda bajo control.


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