Estados Unidos frente al crudo venezolano: ¿apetito energético o indiferencia estratégica?

Estados Unidos frente al crudo venezolano: ¿apetito energético o indiferencia estratégica?
  • Venezuela, con una producción promedio de 921.000 barriles diarios en 2024, sigue siendo un jugador importante en el mercado global, aunque lejos de sus cifras históricas.
  • Estados Unidos importa un promedio de 295.000 barriles diarios de crudo venezolano, representando apenas el 1 % de su consumo total.
  • El crudo Merey venezolano destaca por su utilidad técnica, aunque enfrenta desafíos relacionados con calidad y competitividad.

La relación petrolera entre ambos países ha tenido altibajos en las últimas décadas. En 1998, Venezuela exportaba a Estados Unidos 1,7 millones de barriles diarios, posicionándose como uno de los mayores proveedores. Sin embargo, este promedio se desplomó a menos de un millón de barriles diarios entre 2009 y 2011, alcanzando cero exportaciones en 2019 debido a las sanciones económicas implementadas durante el gobierno de Donald Trump.

En 2023, estas exportaciones se reanudaron bajo una exención otorgada por el gobierno de Joe Biden. Durante ese año, se alcanzó un promedio de 295.000 barriles diarios, lo que situó a Venezuela como el tercer mayor proveedor de crudo para Estados Unidos, detrás de Canadá y México.

¿Qué hace especial al crudo Merey?

El petróleo Merey, una mezcla de crudo pesado y ultrapesado de la Faja del Orinoco y Monagas, es particularmente valioso para refinerías de conversión profunda.

 Estas instalaciones, ubicadas en su mayoría en el Golfo de México, requieren crudos como el Merey para producir derivados de alto valor comercial, al mezclarlos con petróleos más ligeros como el WTI.

Sin embargo, este tipo de crudo enfrenta retos significativos:

  • Alto contenido de azufre: Genera complicaciones técnicas y mayores costos de refinación.
  • Viscosidad elevada: Dificulta su manejo y transporte.
  • Competencia internacional: Otros proveedores, como Canadá, ofrecen crudos de calidad más uniforme y menor costo de procesamiento.

A pesar de estos problemas, el economista Orlando Ochoa señala que el Merey es “súper conveniente” para generar mezclas medianas, esenciales para satisfacer la demanda de hidrocarburos.

Esta utilidad lo mantiene en el radar de compradores internacionales, como India y China, además de Estados Unidos.

Producción y exportación: un panorama en declive

Históricamente, Venezuela ha sido un gigante petrolero. En 2011, el país producía más de 1,3 millones de barriles diarios de crudo mediano y ligero. Sin embargo, la combinación de sanciones, falta de inversión y deterioro de la infraestructura redujo drásticamente su capacidad productiva.

En 2024, la producción promedio fue de 921.000 barriles diarios, un incremento del 17,6 % respecto a 2023, pero aún muy por debajo de los niveles históricos de más de 2 millones de barriles diarios.

Chevron, con licencias especiales para operar en Venezuela, ha liderado las exportaciones hacia Estados Unidos. Según informes recientes, la compañía pagó 300 millones de dólares en impuestos al gobierno venezolano en 2024, reflejando la importancia económica de estas operaciones para ambas partes.

¿Es el petróleo venezolano indispensable para EE. UU.?

La respuesta no es sencilla. Aunque el crudo Merey es técnicamente útil, representa solo una pequeña fracción del consumo petrolero de Estados Unidos.

Según el economista Rafael Quiroz, el petróleo venezolano constituye apenas el 1 % del consumo total del país. Esto indica que el mercado estadounidense puede prescindir de este recurso si surgen restricciones o decisiones políticas. Sin embargo, Venezuela sigue siendo una opción atractiva por su proximidad geográfica y costos relativamente bajos de transporte.

Alternativas como Canadá y México son más confiables, pero el petróleo venezolano ofrece una mezcla única que complementa las necesidades específicas de las refinerías estadounidenses.

El impacto en el mercado global

El mercado energético actual enfrenta un exceso de oferta, estimado entre 500.000 y 1,1 millones de barriles diarios, según la Agencia Internacional de Energía. Esta sobreoferta, combinada con sanciones a países como Rusia, Irán y Venezuela, ha contribuido a mantener los precios relativamente estables.

En 2024, los precios del petróleo oscilaron alrededor de:

  • 76 dólares por barril para el WTI.
  • 79 dólares por barril para el Brent.

A pesar de estos precios moderados, la calidad del crudo venezolano sigue siendo un factor de discusión.

Expertos advierten que el Merey presenta “problemas de especificaciones”, como una acidez elevada y ausencia de químicos necesarios para mejorar su rendimiento. Estos problemas han generado descuentos en su comercialización, afectando la competitividad del producto.

¿Un recurso estratégico o secundario?

El petróleo venezolano continúa siendo relevante para mercados específicos, gracias a su utilidad técnica y costos competitivos. Sin embargo, su importancia para Estados Unidos es limitada, dado que representa solo una pequeña fracción de su consumo total.

Los desafíos técnicos y políticos seguirán marcando el futuro de estas exportaciones, especialmente bajo un contexto de sobreoferta global.

Para Venezuela, el reto radica en mejorar la calidad de su crudo y diversificar sus mercados, mientras enfrenta sanciones y tensiones políticas. El futuro de esta relación dependerá en gran medida de las decisiones ejecutivas en Washington y la capacidad de Venezuela para adaptarse a las demandas del mercado global.

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