En un panorama económico cada vez más incierto, las startups han comenzado a alejarse de la tradicional búsqueda de inversión que caracteriza a los codiciados «unicornios». En lugar de perseguir valoraciones billonarias respaldadas por capital de riesgo, una nueva generación de emprendedores se enfoca en construir empresas resilientes y autosostenibles.
Apodadas «camellos» por su capacidad de sobrevivir en condiciones adversas, estas startups priorizan la rentabilidad y la sustentabilidad desde sus primeras etapas. Este cambio de paradigma redefine el éxito en el ecosistema emprendedor, destacando la importancia de adaptarse y prosperar sin depender exclusivamente del capital externo.
¿Por qué las Startups ya no buscan fondos de inversión?
Cuando los emprendedores buscan un nuevo camino hacia su independencia, deben hacer uso de mucho tiempo y esfuerzo. Aunque muchos lo logran, otros necesitan otros recursos para que sus startups logren sobrevivir en los primeros períodos. Es por esa razón que los fondos de inversión se habían convertido en una propuesta tentadora, ya que podían financiar el proyecto que está naciendo.
¿Y por qué no era una buena decisión hacer uso de los recursos propios? Muchas startups habían hecho uso del Bootstrapping, una esquema de negocios basado en la inversión de sus propios fundadores. Sin embargo, cuando cuentan con recursos limitados, esto podría afectar la velocidad con la que crece su proyecto y dificultar las decisiones comerciales u operativas.
A pesar de sus ventajas, los fondos de inversión están experimentando un caída, lo cual afectó a muchas Startups desde 2022. En América Latina, las empresas emergentes captaron un 47% menos de capital de riesgo que en relación a 2021, según informes de Endeavor y Gisco Partners.
Según el Statista, los unicornios disminuyeron constantemente después de este período, hasta llegar a un mínimo en el cuarto trimestre de 2022, lo que representó un descenso del 86% respecto a 2021.
En este contexto, las Startups se vieron ante un desafío: ser capaces de mantener su competitividad con independencia financiera. Ante este “desierto” de inversiones, no tienen de otra opción que convertirse en “camellos”, entidades que pueden disponer, o no, de un manantial donde nutrirse.
Fabián Perfetti, Co Fundador y director de la Startup argentina Streambe, afirmó que estas empresas deben aprender a gestionar “su financiamiento y su funcionamiento general”, incluyendo “cómo manejan su caja, sus flujos de fondos y cómo piensan en el modelo de negocios en general”.
¿Qué sucederá con los fondos de inversión y las Startups?
Si bien podemos esperar un panorama desolador para las Startups, las empresas de financiamiento prometen recuperarse. No obstante, podrían aumentar sus exigencias para obtener los preciados recursos.
Luis Bermejo, cofundador y socio gerente de Alaya Capital, indicó que los fondos “son ahora más exigentes con los emprendedores a la hora de colocar su dinero”. También indicó que “ahora exigen demostrar más racionalidad en los modelos y planes de crecimiento”, así como también “la capacidad de ejecución para minimizar la tasa de fracaso”.
Este endurecimiento en las exigencias de los fondos de inversión llevará a los fundadores de Startups a replantear sus estrategias. En lugar de enfocarse únicamente en un rápido crecimiento y expansión, deben demostrar un modelo de negocio sólido, centrado en la rentabilidad a largo plazo.
Por supuesto, se trata de un desafío implica tener una planificación financiera rigurosa y una gestión eficiente de los recursos, tanto para atraer inversionistas como para sostenerse con recursos propios.
