¿Qué vio China en África que Europa no? La historia detrás de la gran inversión

China y África
  • Inicialmente enfocada en recursos naturales, la presencia china en África ha evolucionado hacia una estrategia geopolítica más compleja, buscando expandir su influencia y desafiar el dominio occidental. Ahora no solo fomenta la extracción de materias primas, sino el desarrollo de cadenas de valor locales.
  • Dado el envejecimiento de su población y el aumento de los costos laborales, China encuentra en África una alternativa cada vez más tentadora.

Si bien la historia de África ha estado marcada por la explotación y la dependencia, se ha relegado a un segundo plano en las agendas internacionales.

Sus necesidades y potencialidades a menudo ignoradas, han sido la oportunidad de ingreso para China, quien ha observado un continente rico en recursos y con un mercado en crecimiento, forjando así una relación estratégica basada en la cooperación mutua.

Lo que en principio parecía limitarse en la obtención de materia prima económica, se ha transformado en una estrategia más amplia y ambiciosa.

China ha encontrado en África un tablero de juego geopolítico donde expandir su influencia y desafiar la hegemonía occidental. ¿Es el inicio de una nueva era para África? ¿El ascenso como superpotencia para China? ¿O simplemente una realidad compleja en donde Europa tendrá que demostrar su capacidad de adaptación?

Evolución de la relación China-África: De la extracción de materias primas a la construcción de cadenas de valor

Lo que comenzó como un intercambio desigual de recursos naturales, con la extracción de materias primas en África a favor de China, parece evolucionar a una cooperación más estratégica.

Hasta hace poco, China concebía a África como una fuente abundante y accesible de recursos naturales. Como su mina infinita de materia prima. Y por ello, se enfocó en establecer una relación comercial que le permitiera consolidar su presencia en el continente.

Paralelamente, ha ejercido una influencia significativa en el continente a través de inversiones y préstamos, influyendo de manera descomunal con lo que se conoce como el “poder blando”.

Sin embargo, se ha dado cuenta de la potencialidad que existe en África, y que no solo se limita en la extracción de recursos naturales. De manera que, ahora Pekín busca establecer relaciones económicas más equilibradas y estratégicas.

Y de acuerdo con un reciente estudio de Oxford Economics, liderado por la analista Callee Davis, se confirma el interés de China por cambiar su enfoque comercial. Desplazando el foco de la simple extracción de minerales hacia el desarrollo de cadenas de valor locales, la industrialización y la transformación de materias primas en productos finales.

Diversificación de la cadena de suministro

Lo cierto es que, la creciente tensión comercial con Occidente y la necesidad de asegurar el suministro de bienes para satisfacer la demanda interna de un mercado cada vez más exigente, han impulsado a China a reconfigurar sus cadenas de suministro. Y África, con su vasto potencial y su demografía favorable, se ha convertido en un destino clave para esta reorientación industrial.

Por su parte, la economista Davis, también ha señalado en su informe que la joven población africana y sus bajos costos laborales representan una oportunidad inigualable para deslocalizar procesos de producción y reducir costos.

Considerando que China experimenta un envejecimiento poblacional y un aumento en los salarios, la opción africana se vuelve cada vez más atractiva.

De hecho, como decisión no solo responde a una necesidad económica. También parte de una estrategia geopolítica en donde China busca reducir su dependencia de los mercados occidentales.

¿Por qué la estrategia de China amenaza la posición de Europa en el escenario global?

Ya se ha explicado que, China está desplegando una estrategia ambiciosa en África que combina inversión, extracción de recursos y producción a bajo costo.

Por lo que, al canalizar capital hacia el continente, China asegura el suministro de materias primas esenciales para su transición energética, como los minerales de tierras raras. Y paralelamente, aprovecha la abundante mano de obra africana, significativamente más económica que la china, para establecer fábricas y plantas de producción.

Además, reduce sus gastos significativamente pues no existen regulaciones medioambientales en África, como sucede en Europa y la propia China. Evitando así, invertir en tecnologías limpias y medidas de seguridad industrial.

Otro punto a su favor, sería la proximidad geográfica de África a Europa, que facilita la exportación de los productos fabricados, lo que permite a China penetrar en el mercado europeo con productos competitivos.

De hecho, al día de hoy, China es un proveedor clave de equipos para energías renovables en la UE. Suministrando cerca del 29% de los aerogeneradores y el 68% de las bombas de calor.

Sin embargo, esta estrategia no está exenta de desafíos. La escasez de mano de obra cualificada en muchos países africanos obliga a las empresas chinas a traer a sus propios trabajadores, lo que incrementa los costos y genera tensiones sociales.

Asimismo, las condiciones laborales y ambientales en estas nuevas fábricas son objeto de creciente escrutinio, tanto a nivel local como internacional.

Lo que significa que podríamos estar presenciando un punto de inflexión, donde las empresas chinas, ante la presión internacional y la creciente conciencia social, deban replantear sus modelos de negocio y adoptar prácticas más sostenibles.

Antecedentes de África como centro de producción textil

Aunque en primera instancia sea difícil de identificar, la idea de utilizar África como plataforma para la manufactura a gran escala no es reciente. O esto es lo que ha demostrado el estudio de Irene Yuan Sun, en su texto “La próxima fabrica del mundo”.

Ahí revela como África se ha integrado de manera cada vez más profunda en las cadenas de suministro globales, impulsado en gran medida por las inversiones chinas, por más de 15 años. Y como la reubicación de fábricas chinas hacia el continente ha permitido a grandes marcas occidentales aprovechar los bajos costos de producción y la abundante mano de obra.

De la misma forma, utiliza un ejemplo claro para validar su teoría, con el caso de países africanos como Lesoto. Pues se han convertido en importantes centros de producción textil, abasteciendo a grandes marcas internacionales con una amplia gama de productos, desde ropa deportiva hasta prendas de vestir casual.

Finalmente, estos productos son exportados a mercados como Estados Unidos, demostrando el papel clave que África juega en la producción y distribución de bienes a escala global.

Ante esta situación, ¿crees que Europa tenga oportunidad de adaptarse o China acaparará todas las oportunidades comerciales? Nos interesa tu opinión… Escríbenos en los comentarios.


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