- Donald Trump es elegido el presidente número 47 de los Estados Unidos con amplia ventaja sobre Kamala Harris
- Harris con menos habilidad política y con una candidatura improvisada, inclino las apuestas de los mercados hacia Trump
- Los republicanos ahora controlan el Congreso
Donald Trump es el presidente electo de los Estados Unidos pues ha obtenido hasta ahora más de 277 votos del Colegio Electoral y podría incluso superar los 312. Para ganar la Presidencia se requerían 270.
Trump que prometió cerrar la frontera, “ayudar a nuestro país a sanar” y “arreglar todo”, al proclamarse como vencedor en las elecciones de 2024, dijo desde Mar-a-Lago, su resort de Florida:
“Este será recordado por siempre como el día en que el pueblo estadounidense recuperó el control de su país”.
El expresidente ganó buena parte de los estados denominados bisagras en especial Pensilvania, en donde era fundamental la victoria para ambos contendientes políticos.
Trump un cambio de rumbo para Estados Unidos
La elección de Donald Trump es la consecuencia de saber aplicar un discurso que aunque irreverente, agresivo y sobre todo lleno de imprecisiones cuando no de francas mentiras, da en el blanco del sentimiento de la población hacia las políticas «progresistas» de la administración Biden y de los demócratas en general.
Demócratas que no son ni serán los «comunistas» que señala Trump pero que representan ideas que en la primera economía mundial parecen ya agotadas para la mayoría de los electores.
Con promesas que van desde imponer aranceles generalizados, realizar deportaciones masivas, fomentar la economía fósil o recortar impuestos hasta profundos cambios en la política exterior, aun no es claro hasta dónde llegará el neoyorquino, pero si que está más fuerte que hace ocho años.
Del «Woke» a la migración, la economía y acabar las guerras
Acabar las guerras, «arreglar» la economía, la migración ilegal y cuestionar algunas políticas «Woke» son discursos «Trumpistas» que no resisten un análisis minucioso y bien documentado, pero que si generan réditos políticos.
«WOKE»
En una sociedad conservadora como la estadounidense el mensaje «progresista» puede estar perdiendo popularidad.
Aunque es algo difícil de verificar, algunos analistas de encuestas sugerían que parte de la falta de precisión al medir la preferencia electoral por parte de las mismas, se podría deber a que no todos los ciudadanos manifiestan abiertamente su preferencia por Trump ante su radicalismo y falta de formas.
Especialmente en su posición critica sobre el cambio climático o algunas preferencias hacia la población LGTBI+.
La campaña no tuvo reparos en hacer propaganda en medios, aunque en general tendenciosa, cuestionando afirmaciones de Harris sobre facilitar operaciones de cambio de sexo, aun para inmigrantes ilegales encarcelados entre otros señalamientos de beneficiar a esta población solo «por su condición no por sus competencias«, aunque esto último es un tema que se da por dirimido en el país.
«… los echaremos a patadas fuera de nuestro país»
Para su regreso a la Casa Blanca, Trump prometió ir aún más lejos en temas migratorios que en su primer mandato.
Dijo que desde el primer día de su presidencia «comenzará la mayor operación de deportación interna en la historia de Estados Unidos».
Un discurso que impacta positivamente incluso en la población latina que no se siente afectada por esta política y tiende a ver a Trump como un contra peso al auge de gobiernos socialistas en América Latina a quienes responsabilizan de propiciar esta migración ilegal.
Una parte de esta población ha aprendido en carne propia o de familiares o amigos las lecciones de dictaduras socialistas como la de Cuba o Venezuela y ven negativamente dicho auge, no solo en países con izquierdas radicales como Nicaragua o actualmente Colombia sino en naciones como Brasil o Méjico.
El magnate también se comprometió a quitar la ciudadanía por derecho de nacimiento a los hijos de inmigrantes ilegales y a librar una guerra frontal contra los poderosos cárteles de la droga mexicanos.
En lo que respecta a esa bien elaborada idea de la «amenaza migratoria», esta se tejió no solo sin analizar en profundidad los efectos económicos de expulsar a millones de inmigrantes, sino también sin ofrecer una alternativa de una política bien elaborada no para enfrentar sino para administrar la migración de personas en un país construido a base precisamente de inmigrantes.
«El desastre económico»
El crecimiento económico de Estados Unidos es la envidia de China y de la Zona Euro.
Si bien es cierto que una inflación del 2.4% y un dato de empleo del 4.1% no son suficientes para diagnosticar todo el viento a favor en el país del dólar, los argumentos de Trump sobre «el desastre económico» se desvirtúan en medio de una administración Biden que mantuvo en general las mismas políticas de Trump, sobre todo en materia de aranceles aunque no tanto en materia tributaria.
Un Trump arancelario, que no tiene en cuenta en sus eslogan de campaña los efectos sobre la inflación que dichos aranceles puedan tener sobre el consumidor estadounidense o los sobrecostes para empresas como Tesla que necesita baterías Chinas mas eficientes y baratas, sin mencionar los efectos sobre el precio del Iphone, icónico en ese mercado.
Pero sobre todo un Trump que, al igual que Harris, se muestra completamente ausente del «Core Problem» que significa la enorme deuda de la primera potencia mundial.
Trump al proponer reducir los impuestos a empresarios y personas, sabe muy bien que esto significa aumentar la deuda pues será a través de deuda que se podrá financiar el enorme gasto del Gobierno estadounidense.
Sobre este gasto publico o sobre ajustar el tamaño del Estado, los dos candidatos no ofrecieron alternativas al respecto, aunque Trump prometió reducir el tamaño de Estado en su plan de gobierno.
El tema climático, para Trump simplemente «No existe».
Un segundo mandato del republicano llegará con retrocesos en las políticas energéticas y medioambientales, lo que será negativo para las empresas de renovables y positivo para las energéticas tradicionales, que son una poderosa industria en el primer productor del planeta y que sin duda benefician electoralmente al republicano.
«Acabar las Guerras»
En su primer mandato, Trump amenazó con retirar a Estados Unidos de la OTAN si otros miembros no cumplían con la meta de gastar el 2 % de sus respectivos PIB en defensa, además en su campaña reseñó que su objetivo es «reevaluar fundamentalmente el propósito y la misión de la OTAN».
Esto, además de su reticencia a gastar mas recursos en apoyar la milicia ucraniana, genera enorme incertidumbre para este país y para la Unión Europea, el otro gran patrocinador de Ucrania y un bloque enormemente afectado por la guerra.
Sin embargo tanto en Ucrania como en Israel el juego geopolítico no resiste «soluciones fáciles a problemas difíciles», que un hábil propagandista como el republicano suele proponer.
Trump prometió poner fin a la guerra de Ucrania «en 24 horas» si es elegido.
Cuando se le preguntó sobre cómo lo haría, sugirió supervisar un acuerdo, pero tampoco dio detalles concretos sobre cómo lograrlo.
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