¿El fin de una era? Justin Trudeau cae tras una década en el poder

En un frío enero de 2025, con una nevada cubriendo Ottawa, Justin Trudeau anunció su dimisión como primer ministro de Canadá. La escena evocaba el icónico momento de 1984 en el que su padre, Pierre Trudeau, tomó la misma decisión en medio de una tormenta de nieve.
  • Trudeau, el auge y la caída de un líder progresista con promesas de igualdad que se desvanecieron por la inflación y la crisis inmobiliaria
  • Tensiones internas y dimisiones clave con Chrystia Freeland liderando la salida de un gabinete fracturado
  • Canadá cae del quinto al decimoquinto puesto en el World Happiness Report reflejando el desencanto de una nación

En un frío enero de 2025, con una nevada cubriendo Ottawa, Justin Trudeau anunció su dimisión como primer ministro de Canadá.

La escena evocaba el icónico momento de 1984 en el que su padre, Pierre Trudeau, tomó la misma decisión en medio de una tormenta de nieve.

Sin embargo, a diferencia de aquel entonces, el anuncio de Justin marca el cierre de una década caracterizada por altos ideales progresistas que sucumbieron ante las complejas realidades políticas y económicas del país.

Justin Trudeau: Inicio brillante y promesa incumplida

Cuando Trudeau asumió el poder en 2015, encarnaba la esperanza de un Canadá renovado con un mensaje de igualdad de género, apoyo a los derechos indígenas y combate al cambio climático que lo posicionó como un líder progresista en el escenario global.

Ese mismo año, Canadá se ubicaba en el quinto lugar del World Happiness Report, reflejando el optimismo de sus ciudadanos, pero el paso del tiempo y una serie de crisis terminaron por desgastar su popularidad.

El punto de inflexión llegó en 2017, cuando salieron a la luz unas vacaciones no declaradas en un destino de lujo. Este escándalo fue el primero de varios que empañaron su imagen de integridad.

A ello se sumaron políticas migratorias que, aunque inicialmente aplaudidas, terminaron sobrecargando los servicios públicos y agravando la crisis inmobiliaria.

La inflación y los altos costos de vida, exacerbados por las medidas económicas durante la pandemia, terminaron de alienar a las clases media y baja, otrora su base de apoyo.

La caída del apoyo y las fracturas internas

Para finales de 2024, solo el 16% de los votantes apoyaba al Partido Liberal, mientras que el índice de desaprobación de Trudeau alcanzaba un 74%, según la encuestadora Angus Reid.

A esto se sumaron tensiones dentro del partido, que culminaron con la dimisión de la viceprimera ministra y ministra de Finanzas, Chrystia Freeland, en diciembre pasado.

Freeland cuestionó la capacidad de Trudeau para enfrentar al presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, quien amenaza con imponer aranceles del 25% a Canadá.

El Partido Liberal perdió tres escaños en los últimos meses y vio cómo cinco ministros renunciaban a sus cargos.

Incluso su aliado parlamentario, el Partido Nuevo Democrático, retiró su apoyo, exigiendo un cambio de liderazgo.

Trudeau optó por dimitir antes de enfrentar una moción de censura que habría desencadenado elecciones anticipadas.

La dimisión de Trudeau: ¿Un giro radical en la política canadiense?

Con la dimisión de Trudeau, el Partido Liberal se enfrenta al reto de encontrar un líder capaz de revertir su caída.

Nombres como Chrystia Freeland y Mark Carney, exgobernador del Banco de Canadá, ya se perfilan como posibles candidatos para unas elecciones que deberán celebrarse antes de octubre de este año.

No obstante, el panorama no es favorable para los liberales. Pierre Poilievre, líder del Partido Conservador, ha ganado popularidad al criticar las políticas migratorias y económicas de Trudeau, presentándose como la alternativa para los canadienses descontentos.

Según analistas políticos, su posible victoria no solo marcaría un giro radical en la política canadiense, sino que también podría endurecer las posturas de Canadá en temas como la migración y el comercio internacional.

Trudeau: El legado de una década y las lecciones para el futuro

El declive de Justin Trudeau es una lección sobre los límites del carisma político frente a los desafíos económicos y sociales.

Si bien su gestión dejó avances en derechos sociales y medioambientales, el aumento de los costos de vida, la crisis inmobiliaria y las tensiones internas terminaron minando su liderazgo.

Canadá, que en 2015 era visto como un modelo de optimismo y progreso, ha caído al puesto 15 en el World Happiness Report, un descenso que simboliza el desencanto de una nación que vio cómo los altos ideales de su líder se desvanecían en medio de las complejidades del gobierno.

El discurso de dimisión de Trudeau dejó un mensaje claro:

Es hora de reiniciar las cosas. Es hora de que baje la temperatura y de que la gente tenga un nuevo comienzo en el Parlamento.

La pregunta que ahora enfrenta Canadá es si ese «nuevo comienzo» será suficiente para sanar las fracturas sociales y económicas que dejó su gestión, o si marcará el inicio de un cambio más profundo en la dirección política del país.


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