- El precio del petróleo seguirá una tendencia bajista, con un promedio estimado de 73 dólares por barril en 2025.
- El crecimiento económico moderado en Estados Unidos, China y Europa afectará la demanda global de crudo.
- La expansión de la oferta desde América y las decisiones de la OPEP+ definirán el equilibrio del mercado petrolífero.
El mercado petrolífero cierra 2024 con un balance complejo, marcado por la interacción de factores económicos, geopolíticos y sectoriales que han influido en la evolución del precio del crudo.
El promedio del precio del barril de brent, referencia clave en Europa, se mantuvo alrededor de los 80 dólares, con una tendencia descendente a medida que avanzó el año. Este comportamiento refleja la moderación de la actividad económica global, especialmente en China, y un incremento sostenido de la oferta desde países americanos.
Sin embargo, lo que resulta más intrigante es la aparente inmunidad de los precios del petróleo a tensiones geopolíticas, un factor que históricamente ha generado volatilidad en el mercado. Con estas condiciones de fondo, el 2025 promete ser un año de estabilización relativa, aunque no exento de incertidumbres y ajustes importantes.
Un mundo con menor apetito de crudo
El consumo de petróleo se verá impactado por un crecimiento económico más moderado en las principales economías consumidoras. Las proyecciones de los organismos especializados revelan un panorama de enfriamiento global:
- Estados Unidos, el mayor consumidor de petróleo del mundo, crecerá un 2% en 2025, un descenso frente al 2,7% registrado en 2024.
- China, responsable de buena parte de la demanda adicional en años recientes, reducirá su crecimiento económico al 4,1%, frente al 4,8% del año previo.
- La eurozona, a pesar de un ligero repunte, mostrará un crecimiento limitado al 1%, apenas superando el 0,8% de 2024.
Este contexto ralentizará el aumento en la demanda de petróleo, dejando atrás las expectativas de recuperación acelerada que surgieron en la era postpandemia.
Las proyecciones apuntan a un mercado global menos dinámico en términos de consumo energético, con un crecimiento más contenido en sectores clave como transporte, industria y generación eléctrica.
La oferta crece desde América
En contraste con la desaceleración en la demanda, la oferta petrolera seguirá expandiéndose, especialmente desde el continente americano. Países como Brasil y Guyana continuarán aumentando su producción, consolidando a América como un actor clave en el mercado energético.
Sin embargo, en Estados Unidos, el panorama es más incierto: la extracción de petróleo de esquisto podría enfrentar desafíos debido a los precios más bajos, lo que afectaría los niveles de inversión en nuevas operaciones.
Un factor determinante será la estrategia de la OPEP+, que hasta ahora ha ajustado su producción para evitar desequilibrios severos en el mercado.
Aunque durante 2024 la organización mantuvo recortes significativos, ya ha anunciado la intención de normalizar gradualmente su producción. Este ajuste podría materializarse en abril de 2025, coincidiendo con una esperada moderación en la demanda global.
Factores de incertidumbre en el horizonte
Aunque las previsiones sugieren un panorama relativamente estable, el mercado petrolífero seguirá enfrentando importantes fuentes de incertidumbre, muchas de las cuales están vinculadas a decisiones políticas y económicas en las principales regiones productoras y consumidoras:
- Política sectorial en Estados Unidos: La reelección de Donald Trump como presidente plantea interrogantes sobre posibles cambios regulatorios que podrían alterar el equilibrio del mercado.
- Decisiones estratégicas de la OPEP+: La capacidad del grupo para gestionar la producción será crucial para evitar una caída abrupta en los precios o una sobreoferta insostenible.
- Eficacia de las medidas económicas en China: Pekín enfrenta el reto de estimular su economía sin comprometer sus objetivos de sostenibilidad y transición energética, lo que impactará directamente el consumo de petróleo.
- Tensiones geopolíticas: Regiones clave como Medio Oriente y Europa del Este siguen siendo focos de incertidumbre, con el potencial de alterar significativamente la oferta y la logística global del crudo.
Perspectivas de precios para 2025
El equilibrio entre oferta y demanda mantendrá los precios del petróleo en una tendencia bajista durante 2025. Se espera un promedio de 73 dólares por barril de brent, un nivel más bajo que el promedio de 80 dólares observado en 2024.
A largo plazo, las proyecciones indican que los precios se estabilizarán cerca de los 70 dólares por barril entre 2026 y 2027, consolidando un rango que muchos analistas consideran sostenible para el mercado global.
Esta estabilización refleja un cambio en el paradigma del mercado petrolero, que ha pasado de períodos de alta volatilidad a un entorno de mayor predictibilidad, aunque no exento de riesgos.
Un mercado en transición
El mercado petrolífero en 2025 no estará en los titulares por picos extremos de precios, pero su evolución será crucial para definir las dinámicas energéticas globales en los próximos años.
La transición hacia energías más limpias, la estabilidad económica y las decisiones estratégicas de los grandes actores serán factores clave en este proceso.
El 2025 será un año de ajustes y moderación en el mercado del petróleo. La combinación de una demanda menos dinámica, una oferta en crecimiento y la influencia de actores clave como la OPEP+ marcarán el rumbo de los precios del crudo.
Aunque la incertidumbre persiste, el mercado parece dirigirse hacia un punto de equilibrio que garantice su sostenibilidad a largo plazo.
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