¿Está perdiendo fuerza el dólar en el escenario global?

crecimiento del yuan impulsado por los BRICS en la economía mundial
  • La influencia económica y política de los BRICS desafía el dominio global del dólar, pero el cambio sería lento y progresivo.
  • China emerge como el principal motor de la desdolarización mediante su comercio estratégico y el fortalecimiento del yuan.
  • La diversificación monetaria enfrenta barreras significativas que aún sostienen al dólar como la moneda de referencia global.

Desde su consolidación como moneda de reserva tras la ruptura del sistema de Bretton Woods en 1971, el dólar estadounidense ha sido la piedra angular de la economía global.

Representa el 60% de las reservas internacionales y está presente en casi el 90% de las transacciones del mercado de divisas, lo que lo convierte en un símbolo de estabilidad y confianza. Sin embargo, en los últimos años, las crecientes tensiones geopolíticas y la reorganización de bloques económicos han planteado la pregunta: ¿podría perder el dólar su posición predominante?

Los esfuerzos por reducir la dependencia del dólar, un fenómeno conocido como «desdolarización», están ganando tracción.

Países emergentes liderados por China, Rusia y Brasil están explorando alternativas a la hegemonía del dólar mediante el uso de monedas locales en transacciones comerciales, el desarrollo de sistemas de pago alternativos y el fortalecimiento de sus reservas en oro.

Los BRICS: un bloque con ambiciones

El grupo BRICS, compuesto por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, ha ganado fuerza como contrapeso a las economías desarrolladas.

En su reciente cumbre en Kazán, se anunció la inclusión de nuevos miembros como Irán, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Turquía y Etiopía. Esto convierte al bloque en un actor crucial en el comercio global de recursos estratégicos, con control sobre:

  • 42% del suministro mundial de petróleo.
  • 75% del manganeso, clave para la producción de acero.
  • 50% del grafito, fundamental para las baterías de vehículos eléctricos.
  • 28% del níquel y 10% del cobre, esenciales en la industria tecnológica.

Además, estos países han comenzado a trabajar en sistemas de liquidación comercial que no dependan de Swift, intensificados tras la exclusión de Rusia de este sistema en 2022. Esto representa un primer paso hacia un sistema financiero menos dependiente de las reglas establecidas por las economías occidentales.

El papel central de China

China se presenta como el líder natural de este movimiento, gracias a su peso económico y su estrategia comercial. En 2023, el comercio entre China y África alcanzó los 282.100 millones de dólares, consolidando al país asiático como el mayor socio comercial del continente. Sin embargo, esta relación no es simétrica: el déficit comercial de África con China aumentó un 36% respecto al año anterior, alcanzando los 64.000 millones de dólares.

Además de fortalecer lazos comerciales, China está incentivando el uso del yuan en acuerdos internacionales. Aunque actualmente representa solo el 2,5% de las reservas internacionales, su papel podría ampliarse a medida que más países adopten esta moneda en sus transacciones bilaterales. Por ejemplo, Brasil ya ha firmado acuerdos para comerciar directamente en yuanes y reales, evitando el dólar como intermediario.

Obstáculos para la desdolarización

A pesar de estos avances, la desdolarización enfrenta desafíos importantes que dificultan un cambio drástico en el corto plazo:

  1. Confianza en los mercados financieros: El dólar no solo es una moneda; es un símbolo de la estabilidad económica de Estados Unidos. Las economías emergentes aún no ofrecen la seguridad jurídica ni el desarrollo de mercados necesarios para competir como monedas de reserva global.
  2. Infraestructura global: La red de transacciones y reservas en dólares está profundamente arraigada en las instituciones financieras globales. Cambiar esta inercia requeriría una reestructuración masiva que tomará décadas.
  3. Preferencias de los actores económicos: El dólar sigue siendo la moneda más líquida y ampliamente aceptada. Para que otras monedas ganen relevancia, exportadores, importadores y operadores financieros tendrían que adoptar un cambio sistemático hacia alternativas, algo poco probable sin incentivos significativos.

¿Por qué ahora?

Aunque el dólar ha enfrentado amenazas en el pasado, varios factores recientes sugieren un panorama más propicio para la desdolarización gradual:

  • Mayor diversificación de reservas internacionales: Países como Rusia y China han incrementado sus reservas de oro como una estrategia para reducir su exposición al dólar.
  • Incremento del comercio bilateral en monedas locales: A medida que más países optan por transacciones en yuanes, rublos o reales, la dependencia del dólar podría disminuir.
  • Geopolítica y sanciones económicas: La exclusión de Rusia del sistema Swift y las sanciones impuestas a otros países han incentivado la creación de alternativas al sistema financiero dominado por Occidente.

Sin embargo, este cambio será gradual. El dominio del dólar está respaldado por décadas de confianza en la economía estadounidense, que sigue siendo la más grande y estable del mundo.

¿Qué podría cambiar en el futuro?

Si bien el proceso de desdolarización avanza lentamente, algunos escenarios podrían acelerar esta transición:

  1. Incremento del comercio en yuan: China tiene la capacidad de liderar acuerdos comerciales que fortalezcan el uso de su moneda, especialmente en economías emergentes.
  2. Mayor integración de los BRICS: La expansión del bloque y sus esfuerzos por establecer sistemas de pago independientes podrían reducir la influencia del dólar en regiones clave.
  3. Innovaciones tecnológicas: Las monedas digitales, como el yuan digital, podrían facilitar transacciones internacionales y aumentar la aceptación del yuan en el comercio global.

Los temores a una desdolarización están justificados, pero no de forma inmediata. La influencia creciente de los BRICS, especialmente de China, plantea un desafío real al dominio del dólar. Sin embargo, el proceso será lento, condicionado por barreras estructurales y la fortaleza intrínseca del dólar como moneda de reserva.

La economía global se dirige hacia un sistema más multipolar, donde el dólar seguirá siendo dominante, pero compartiendo espacio con otras monedas en sectores y regiones específicas. En este contexto, el papel de China será crucial para determinar si el mundo financiero del futuro dependerá menos del billete verde.

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