Economía europea en noviembre: Del estancamiento a la contracción

La caída del sector manufacturero y la incertidumbre política arrastran a Europa hacia la estanflación.
  • La economía europea marca una actividad empresarial con mínimos históricos
  • La economía de la eurozona enfrenta su peor contracción en diez meses mientras las tensiones políticas frenan la recuperación
  • La caída del sector manufacturero y la incertidumbre política arrastran a Europa hacia la estanflación

La economía de la eurozona vive uno de sus momentos más críticos en una década con una debilidad del euro y una contracción del PMI que prospectan un difícil escenario para la recuperación económica europea

La contracción registrada en noviembre, reflejada en el índice PMI compuesto elaborado por S&P Global y el Hamburg Commercial Bank (HCOB), ha alcanzado los 48.1 puntos, alejándose del umbral de estabilidad de 50 puntos.

Este descenso pone de manifiesto la fragilidad económica de la región, especialmente en Alemania y Francia, dos de las mayores economías del bloque.

Servicios y manufactura en crisis

El sector servicios, históricamente un pilar para la economía europea, cayó a 49.2 puntos, la primera contracción desde enero de 2024.

Este resultado evidencia una disminución sostenida en la demanda interna y externa.

Mientras tanto, la manufactura continúa profundizando su crisis, con una caída hasta 45.2 puntos, marcando el vigésimo mes consecutivo de descenso en este sector esencial para el comercio dentro de países europeos y al exterior.

Según Cyrus de la Rubia, economista jefe del HCOB, esta situación puede explicarse por:

La estanflación: un entorno en el que la actividad económica disminuye mientras los costes continúan aumentando.

Combinación que afecta tanto a empresas como a consumidores, erosionando la confianza económica en la región.

Alemania y Francia, tambalean

La incertidumbre política y económica en Alemania y Francia está exacerbando los problemas económicos de la eurozona.

En Alemania, la locomotora económica del continente, el crecimiento en el tercer trimestre de 2024 fue revisado a la baja, situándose en un 0.1%.

A esto se suma la posibilidad de elecciones anticipadas en 2025, lo que incrementa la volatilidad en los mercados financieros y empresariales.

En Francia, las protestas masivas de agricultores contra el acuerdo de libre comercio con Mercosur reflejan una creciente insatisfacción social.

El país también registró la caída más rápida en la actividad empresarial desde enero, destacando la complejidad de equilibrar las demandas internas con las presiones externas.

La caída del euro y la política monetaria del BCE

La incertidumbre económica también se refleja en el euro, que ha alcanzado su nivel más bajo desde noviembre de 2022, situándose por debajo de 1.05 dólares.

Este desplome alimenta expectativas de recortes en las tasas de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE), que podrían ser de hasta 50 puntos básicos en diciembre.

Luis Artero, director de inversiones de J.P. Morgan Banca Privada, considera que el BCE podría continuar reduciendo tasas en 2024, situándolas en torno al 1.75% para el verano.

Sin embargo, también advierte que las recientes señales de debilidad podrían obligar a ajustar aún más estas previsiones.

Empleo y confianza empresarial en retroceso

El mercado laboral tampoco escapa de esta desaceleración.

En noviembre, las empresas de la eurozona redujeron sus plantillas por cuarto mes consecutivo.

Mientras la industria mostró recortes abruptos, el sector servicios logró un crecimiento moderado en las contrataciones, especialmente fuera de Alemania y Francia.

La confianza empresarial, un termómetro clave para la inversión futura, se ha desplomado al nivel más bajo desde septiembre de 2023.

En Francia, el optimismo empresarial desapareció por primera vez en cuatro años y medio, mientras que en Alemania mostró una leve mejoría respecto a octubre.

Sin embargo, las expectativas positivas persisten en otros países del bloque, lo que sugiere una recuperación desigual en 2025.

Factores globales y comerciales

La desaceleración económica de Europa no puede analizarse de forma aislada.

Las tensiones comerciales con Estados Unidos, avivadas por la amenaza de nuevos aranceles bajo la administración de Donald Trump, y los aranceles europeos a los vehículos eléctricos chinos agravan la situación.

Además, la inflación global sigue presionando los costes de producción, especialmente en sectores como la energía y los alimentos, donde los precios continúan siendo elevados.

Aunque los salarios han aumentado en algunos países, no han logrado compensar plenamente el impacto inflacionario, lo que limita la capacidad de consumo de los hogares.

Economía europea: ¿Qué se puede esperar?

El futuro económico de la eurozona dependerá en gran medida de las decisiones políticas y económicas que se tomen en los próximos meses.

La posibilidad de recortes adicionales en las tasas de interés por parte del BCE podría proporcionar cierto alivio a corto plazo, pero no resuelve los desafíos estructurales que enfrenta la región.

Si la incertidumbre política en Alemania y Francia no se mitiga, es probable que las tensiones continúen erosionando la confianza empresarial y la inversión.

Por otro lado, una resolución más clara en cuanto a acuerdos comerciales y tensiones geopolíticas podría dar un impulso al crecimiento en 2025.

En este contexto, Europa necesita un enfoque unificado para afrontar los retos globales, desde la transición energética hasta la digitalización, que permita fortalecer su competitividad en un entorno cada vez más incierto.

Mientras tanto, el continente se enfrenta al desafío de navegar una economía marcada por la estanflación, las divisiones internas y las crecientes presiones externas.


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