Deportes: El negocio del futuro para Goldman Sachs

La transformación del deporte como activo geopolítico y económico
  • La digitalización y la sostenibilidad transforman a los deportes como negocio
  • El fútbol europeo lidera ingresos pero enfrenta retos financieros y geopolíticos
  • De los estadios verdes al streaming deportivo, la innovación redefine la industria

La industria del deporte ha trascendido su dimensión tradicional de entretenimiento para consolidarse como un sector estratégico de la economía global.

Goldman Sachs, líder en análisis financiero, ha destacado al deporte como un pilar de inversión para las próximas décadas.

Según recientes proyecciones, este mercado podría alcanzar un valor global de 2.8 billones de euros, consolidándose como un eje clave en la intersección de finanzas, tecnología y geopolítica.

El deporte no solo genera beneficios económicos directos; también funciona como una herramienta de influencia global y cohesión social. En un contexto de rivalidad internacional y reconfiguración de cadenas de valor, los activos deportivos ofrecen una plataforma única para construir narrativas culturales y atraer inversiones estratégicas.

El deporte como motor económico y político

En los últimos años, el mercado deportivo ha crecido de manera acelerada, especialmente en Europa y Estados Unidos, donde los ingresos por derechos televisivos, patrocinadores y entradas han alcanzado cifras récord.

Según Deloitte, la industria del fútbol europeo generó 35.300 millones de euros en la temporada 2022/2023, liderada por clubes como el Real Madrid y el Manchester City.

Este crecimiento refleja no solo la recuperación tras la pandemia, sino también la capacidad del sector para adaptarse a un entorno digital en constante cambio.

Por otro lado, los deportes femeninos han mostrado un crecimiento exponencial.

La Eurocopa femenina de 2022 registró audiencias de más de 250 millones de personas, lo que ha incentivado una mayor inversión en ligas y competiciones femeninas.

Este segmento, identificado como una de las principales áreas de expansión por Goldman Sachs, representa una oportunidad única para diversificar ingresos y aumentar la base de fanáticos.

Tecnología e innovación redefinen el consumo

La digitalización ha revolucionado la experiencia de los aficionados.

Desde plataformas de streaming como DAZN y Amazon Prime hasta herramientas de análisis de datos e inteligencia artificial, la tecnología ha permitido una interacción más personalizada entre equipos y fanáticos.

Según Statista, el mercado de retransmisión en streaming deportivo alcanzará un valor de 93.000 millones de dólares para 2028, impulsado por la creciente demanda de contenido en tiempo real y personalizado.

Además, las apuestas deportivas digitales han cobrado relevancia, especialmente en Estados Unidos, donde la legalización en varios estados ha generado ingresos de más de 6.600 millones de euros en 2023.

Este segmento no solo representa un motor económico, sino también un catalizador para incrementar la participación y el compromiso de los aficionados.

Europa: liderazgo con desafíos

Europa sigue siendo un epicentro del deporte global.

La UEFA reportó ingresos récord de 26.000 millones de euros en 2023, marcando un crecimiento anual del 5%.

Este dinamismo refleja la capacidad del continente para atraer inversiones extranjeras y diversificar sus fuentes de ingresos. Sin embargo, no está exento de desafíos.

El alto endeudamiento de clubes en ligas como la francesa e italiana, donde los salarios representan hasta el 89% de los ingresos, amenaza la sostenibilidad del modelo.

Asimismo, la presión regulatoria y las tensiones geopolíticas, como los aranceles impuestos por Estados Unidos a productos europeos, podrían limitar el flujo de capital hacia el sector deportivo.

El papel estratégico de Goldman Sachs

La entrada de instituciones financieras como Goldman Sachs en el deporte no es casualidad.

Este banco ha identificado el sector como un activo de bajo riesgo y alto rendimiento, capaz de resistir ciclos económicos adversos.

Las inversiones en infraestructuras deportivas, innovación tecnológica y derechos mediáticos no solo generan retornos inmediatos, sino que también fortalecen el soft power de las naciones.

Además, Goldman Sachs ve en los deportes una oportunidad para liderar la transición hacia un modelo más sostenible.

Están financiando estadios con certificación verde y fomentando la inclusión social a través de iniciativas deportivas, lo que refuerza su compromiso con el impacto ambiental y social positivo.

¿Qué significa esto para el futuro global del deporte?

El deporte continuará consolidándose como un actor central en la economía del siglo XXI. Sin embargo, su éxito dependerá de la capacidad de sus principales stakeholders para equilibrar innovación, sostenibilidad y autenticidad.

En un mundo cada vez más interconectado, los deportes no solo serán un negocio rentable, sino también una herramienta clave para construir alianzas estratégicas, influir en la opinión pública y promover valores culturales compartidos. Goldman Sachs, con su apuesta por este sector, está bien posicionado para liderar esta transformación.

El deporte, como concluye el informe del banco:

No es solo un espectáculo; es un reflejo de nuestras prioridades económicas, sociales y políticas.

Y en esta nueva era, parece estar destinado a ocupar el centro del escenario.


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